
Anny Yinet Araujo Caminero, quien estaba padeciendo de depresión, dejó una carta manuscrita en la indica: “a mis hijos que me perdonen, he estado sufriendo dos años acá y nadie se imagina lo que yo he pasado; no tienen ni idea; solo he sido fuerte para resistir durante este tiempo y a Dios que me perdone también”.
Oficiales de Investigación de Homicidios de la Policía Nacional, y la médica legista actuante al levantar el cadáver en la casa marcada con el número 21 de la calle Prolongación de Luperón, encontraron a su lado dos botellas de ron, una vacía y otra con un cuarto de alcohol; un cuchillo de ocho pulgadas y una caja de fósforos.
Las autoridades enviaron el cadáver al Instituto de Patología Forense para fines de autopsia.
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